Noticias sobre el trastorno límite de la personalidad.
El psiquiatra algecireño Mario Acevedo presenta en Madrid su ensayo sobre el Trastorno Límite de la Personalidad
El autor afirma que el TLP es la enfermedad de nuestro tiempo, por cuanto se trata de un mal que puede ser afectado por comportamientos sociales y se presta a interpretaciones
La presentación en Madrid de La herida límite, el último ensayo del psiquiatra algecireño Mario Acevedo Toledo tuvo lugar el pasado día 24 de marzo en la Fundación de Familiares y Enfermos de Trastorno Límite de Personalidad (AMAI TLP), una institución privada sin ánimo de lucro, creada en 2014 (la asociación lo había sido en 2000) con el fin de ayudar a personas con Trastorno Límite de Personalidad y a sus familiares.
El autor afirma que el TLP es la enfermedad de nuestro tiempo, por cuanto se trata de un mal que puede ser afectado por comportamientos sociales y se presta a interpretaciones que nada tienen que ver con su verdadera naturaleza. La prevalencia de la enfermedad; es decir, su incidencia relativa; que aparece generalmente en la adolescencia está, en la población adulta, entre el 2% y el 5%. Su característica más significativa puede ser la dificultad del enfermo para controlar sus emociones y sus impulsos.
El libro se publicó en el pasado verano y está espléndidamente editado por Europa Ediciones. Asequible para el lector culto no especialista y escrito en un soporte literario inteligible para un amplio espectro de lectores, te invita a adoptar una actitud positiva ante los enfermos mentales y ante los trastornos de personalidad que pudiéramos percibir en nuestro entorno familiar, laboral o social. Tal vez lo más importante sea la advertencia de que, a menudo, tratamos inadecuadamente a personas que sufren un padecimiento no diagnosticado y no se sienten acogidos por sus próximos. La enfermedad induce graves efectos colaterales, de entre los cuales son más significativos los que involucran a acciones de naturaleza delictiva.
La presentación estuvo a cargo de la presidenta de la Fundación, Teresa Oñate, y la coordinación a la del conocido periodista y asesor de comunicación, Ricardo Martín. Se constituyeron dos mesas sucesivas, la primera para tratar de los aspectos médicos y farmacológicos, y la segunda para abordar los aspectos jurídicos de un trastorno generalmente no tenido en cuenta por los tribunales de justicia, en la comisión de delitos.
En la primera intervino Carlos Buesa, presidente de Oryzon, una importante compañía biofarmacéutica, líder europeo en el desarrollo de terapias basadas en la epigenética –ciencia que estudia los efectos de la activación o desactivación de las unidades de información genética sin afección del ADN–, especialmente en medicina personalizada para enfermedades neurológicas y oncología. Después tomó la palabra Néstor Szerman, prestigioso psiquiatra, jefe del servicio de Salud Mental del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
En la segunda mesa intervino, en primer lugar, Arturo Beltrán, magistrado (jubilado) de la Audiencia Provincial de Madrid y expresidente de la Sección Penal Quinta; que se refirió a la ignorancia de los tribunales respecto a determinadas patologías psiquiátricas y concretamente al trastorno sobre el que trata en su libro el Dr. Acevedo. En segundo lugar habló Ángel Bravo, abogado penalista y experto en Derecho de la Discapacidad.
Antes de las intervenciones de los invitados, tanto en la primera como en la segunda mesa, el Dr. Acevedo hizo un resumen de lo más destacado de su ensayo, en cada uno de los supuestos: médico y jurídico. Insistió en la confluencia en los enfermos de tres heridas, la biológica, la psicológica y la social. En que los pacientes se sienten como en una cueva y en que en el supuesto de que lleguen a cometer un delito, éste no debiera ser entendido al margen de la patología que pudiera ser su causa. Los pacientes, dijo, tienen una personalidad un tanto quijotesca, noble, en la que influye mucho el entorno familiar, particularmente el maltrato.
Las intervenciones fueron seguidas por un numeroso público interesado y familiarizado con el trastorno límite de personalidad al que se refiere el ensayo del Dr. Acevedo y que aporta, como él mismo defiende y afirman los participantes en la presentación, nuevos e importantes aspectos de la enfermedad y, sobre todo, alerta acerca del drama que sufren los enfermos, así como de la incomprensión social y de la dejación en el ámbito jurídico que se suma a ese sufrimiento.
Autor: Alberto Pérez de Vargas, Europasur.
Patricia Steisy es uno de esos personajes televisivos entorno a los que siempre hay algún tipo de polémica. La vimos como tronista en Mujeres y Hombres y Viceversa y desde entonces ha ido colaborando en diferentes programas de Mediaset. Fue una de las colaboradoras más vehementes de la primera edición de Secret Story.
Como muchas otras comentaristas de este universo, tiene su propio canal en mtmad. En su última publicación ha decidido tratar un tema que le toca personalmente. No estaba muy convencida de hacerlo, pero se ha decidido por si su testimonio puede ayudar a alguien.
“Tengo una enfermedad mental, empecemos por ahí”. Así ha roto el hielo. Una confesión que hace unos años hubiese sido casi impensable y que, en estos tiempos, se ha normalizado y visibilizado como hacía falta.
Un trastorno diagnosticado
“Estoy aprendiendo a bailar con ella y que no me pise porque es una enfermedad que me va a acompañar toda la vida”, compartía. Se trata de una enfermedad diagnosticado desde que tenía 16 años, aunque cree que la padecía de antes.
“Tengo trastorno límite de la personalidad (TLP) en un nivel bastante fuerte”, admitía. Trataba de explicar en qué consiste esta enfermedad que, en realidad, es un cúmulo de muchas cosas y no todos los enfermos tienen la enfermedad de igual manera.
“Se produce porque naces con él o porque tienes una vida desestructurada donde te han dado una educación complicada y has tenido rotos los esquemas, y eso se refiere a que has pasado algún abandono, violación, traumas, insultos, no te sientes protegido, no te sientes querido, pasas mucho miedo, no te sientes estable, te insultan, te subestiman... normalmente viene por una infancia en la que ese niño no se siente seguro, cómodo ni bien tratado. Yo viene de eso”, intentaba explicar.
Ha confesado que los abusos que sufrió de pequeña le han provocado la enfermedad de la que en un principio renegó. “Esta enfermedad significa que tienes el termostato de las emociones reventado. Si estás feliz, estás muy feliz. Si estás triste, estás muy triste. Si estás cabreado, estás muy cabreado. Llevas tus emociones al límite”, continuaba.
Seguía explicando que esta enfermedad tiene un alto índice de suicidio. Ella ha reconocido que sí ha tenido algún pensamiento en ese sentido. “No me veo capaz, no lo haría, pero alguna vez la mente me ha jugado alguna mala pasada”, confesaba.
“Tengo TLP y soy ansiosa depresiva y soy evasiva. Eso significa que soy todo lo contrario a narcisista, quiero contentar a la gente, me cuesta trabajo decir no, quiero que todos a mi alrededor quiero que estén felices. Necesito que las personas estén bien porque no soporto la idea de que sufran o pasen un mal rato como en algún momento lo he pasado yo”, expresaba.
También ha reconocido que cuando ella engordó por la medicación para la depresión, se equivocaron, ella tenía TLP, “no necesitaba una medicación para la alegría”. Llegar al diagnóstico es importante porque, como ella ha explicado, del TLP a la esquizofrenia solo hay un paso y ella estuvo en el límite.
Reivindicando ayudas
Reconoce que es muy complicado para los amigos lidiar con esta enfermedad. Decidió irse al retiro que organizó Nagore Robles y “fui muy feliz y me empecé a sentir mal por ser feliz y me di cuenta de que en mi cabeza había algo que no funcionaba”. Se dio cuenta de que necesitaba ayuda, y no la que aporta la Seguridad Social que es insuficiente.
“Es una puta mierda lo que nos ofrecéis, al Estado se lo digo, es una puta mierda. No me podéis dar una puta psicóloga una vez al mes y que luego, se vaya de vacaciones, te pongan una nueva psicóloga y tengas que contarle lo mismo otra vez, no”, reivindicaba criticando la poca ayuda que se ofrece para los problemas mentales.
Sin duda, una cuestión que hay que seguir debatiendo.